FOTO: Premier Padel
Mar del Plata dejó claro que es un torneo para la historia del pádel. No sólo fue el último torneo de Fernando Belasteguín en su natal Argentina, fue la muestra de lo que significa el pádel para ese país y también, fue la coronación de Agustín Tapia y Arturo Coello como los herederos del pádel mundial.
¿Qué es lo que más impactó del P1 de Mar del Plata? Su afición. El público argentino estuvo más involucrado que nunca y celebraron como un carnaval la llegada del pádel a casa. Las gradas llenas de sol a sol, algo que no había pasado en ningún torneo de lo que va del año en el circuito Premier Padel (lo más cercano fue Sevilla). La afición alentaba a sus jugadores, sus héroes, cual Diego o Messi, y se escuchaba una porra que avanzaba como una locomotora sin frenos y que nadie podía parar. Una locomotora que arrasaba con todos los que hacían frente a sus jugadores locales.
A1 Padel vs Premier Padel en Mar del Plata
Fede Chiostri y Maxi Sánchez Blasco llegaban como foráneos para jugar en Mar del Plata, y no porque no fueran argentinos, sino porque venían de A1 Padel, “el otro circuito”. A pesar de esto, la historia fue otra. Fede y Maxi, en complicidad con el público argentino, se impusieron ante dos grandes parejas del circuito Premier: Fran Guerrero/Arnau Ayats y Rami Moyano/Xisco Gil.
El público no los abandonó hasta que dieron su último respiro ante Mike Yanguas y Javi Garrido, una de las parejas más determinantes en la actualidad, quienes celebraron con ellos su participación en el torneo.
Este momento fue engrandecido con un intercambio de playeras entre Chiostri y Yanguas, como pasaría en un estadio de fútbol, y con Garrido mostrando en redes sociales una fotografía de 2015 que él mismo publicó donde aparece Javi con Fede Chiostri y Luciano Puppo y la cual llevaba como título “lo mejor que tiene Argentina”.
La historia de A1-Premier no terminó ahí. Todos los reflectores y expectativas estaban sobre “Los Mágicos”, el talentoso Tolito Aguirre, al que en redes sociales comparan con el mismo Tapia, y Gonza Alfonso, “el inventor de los puntos imposibles”. El compromiso de estos grandes jugadores con Mar del Plata fue más que evidente, el domingo estaban disputando la final del torneo de Mónaco, un partido largo a tres sets ante los no. 1 del circuito A1, Arce y Dal Bianco, y momentos después estaban tomando todo tipo de transportes para poder llegar a tiempo a un vuelo con escalas hasta la Argentina.
Lunes por la noche, el escenario estaba puesto, Tolito y Gonza debutaban en la cancha central y en el horario estelar ante los españoles Diestro y Lijó; Lijó un viejo conocido de A1 y a quien ya habían vencido anteriormente. El resultado no fue el esperado por la afición, esta batalla se definió en dos sets para la pareja española, quienes tuvieron que dejar hasta el alma en la cancha para imponerse a la pareja argentina, engrandecida por el público.
El Tolito jugó con molestias físicas, pero aguantó hasta el final: por su gente, por su país, por el pádel. Tras la derrota de los mágicos, las redes sociales no se hicieron esperar, pero la respuesta no fue la esperada, esta ocasión no se minimizó al circuito A1 frente a Premier, sino que el público expresaba que el partido y el resultado hubieran sido diferentes si la organización le hubiera dado un día de descanso a Aguirre y Alfonso.
El último torneo de Bela en Argentina
El debut de Fernando Belasteguín y Juan Tello fue una locura, nadie quería perderse de este momento. Tello había llegado en lugar de Lucho Capra para impulsar a Bela hasta lo más alto del pádel por una última vez. La cancha central estaba a reventar, con un público que venía a ver, alentar y a acompañar a su ídolo. Nadie sabía si sería ese día su último partido en tierras argentinas. Sus rivales serían Diestro y Lijó, los verdugos de “los mágicos” de A1. El partido se resume en una dura batalla, donde los españoles le complicaron el debut a Bela, pero de la mano del público y con un engrandecido Tello, salió victorioso. Mejor recibimiento y debut no pudo tener.
El segundo capítulo de Bela estuvo a cargo de los españoles Barahona y Teo Zapata, quienes se llevaban la primera manga sin muchos problemas. Parecía que el partido se iba a manos de esta pareja, pero ocurrió lo contrario. Una vez más el público levantaba al Boss y a Tello que pasaban a los cuartos de final en tres sets. Este día estuvo marcado por la humildad de Bela, quien con lágrimas en los ojos daba lugar a su antiguo entrenador y maestro, Pato Estruch, quien actualmente sufre de ELA, pero que había hecho un esfuerzo importante para viajar con su familia sólo para ver a su alumno, el muchacho de Pehuajó.
La sentencia estaba dictada, la historia que se estaba entretejiendo en este Mar del Plata llegaría a su final. Bela y Tello harían frente a los número 1, Arturo Coello y Agustín Tapia en su tercer capítulo. En un partido en el que tenía las estadísticas en contra, Belasteguín sorprendió a estos talentosos jóvenes con bajadas de pared, bandejas, voleas y tiros ganadores que los dejó desarmados más de una vez.
No obstante estas muestras del talento del Boss, sin pensarlo dos veces, Tapia tomó vuelo para preparar un remate en suspensión y con un zarpazo terminó con esta historia. Agustín y Arturo tomaban el micrófono de la entrevista, pero lo entregaron a Bela, “éste es su momento” decían, mientras honraban y agradecían al jugador del que tanto aprendieron y con quien alcanzaron la gloria en diversas ocasiones.
Palabras de Bela y aplausos del público se resumieron en un abrazo entre Belasteguín, Coello y Tapia, un abrazo que quedará en los libros del pádel, en donde les entregaba el trono, al ser a sus ojos, los dignos herederos.
La historia de Bela en Argentina no terminó ese día. El día de finales, justo después de la contienda femenina por el título, en donde caían las superpibas Bea y Delfi ante las no. 1 Ari y Paula, se apagaron las luces. Rompía una voz con cánticos para preparar la entrada del mejor, Fernando Belasteguín. Bela entra a la cancha central y llama a su familia al escenario, a la moqueta azul, el sitio donde tantas veces lo veían desde lejos y que ahora los reúne a todos en un abrazo.
Foto: Premier Padel
Es tan importante este momento que pide a su hijo Fede que por una vez salte al escenario a acompañarlo. “Abracen a sus familias, aunque estén peleados”, dice Fernando en los micrófonos de un recinto conmovido por lo que acaba de pasar. Nuevamente se resume la historia y magia del pádel en un abrazo, un abrazo con sus padres, su esposa e hijos. El boss utiliza un momento que se trata de él, para compartirlo con todos, para enseñar y hacer conscientes a las personas del tesoro que es estar cerca de los seres queridos y de los muchos sacrificios que hacen los jugadores por estar ahí. Bela se despide de su público argentino con un abrazo simbólico. Este Mar del Plata enseñó al mundo la calidad de este deporte, que trasciende más allá de las pistas.
¿Quién se llevó el Mar del Plata?
Ari y Paula levantaron la copa después de cinco torneos sin llevarse la gloria. Sin embargo, Bea y Delfi se llevaron el cariño del público argentino que dejaba sin palabras a las jugadoras, con la piel de gallina y coreaba sus nombres con desmedida pasión. Las superpibas guardarán lo sucedido esta semana como un vibrante recuerdo.
Por su parte, Tapia y Coello saltaron a la cancha y arrasaron el primer set. Jugaban con decisión y precisión. Pero del otro lado estaba Federico Chingotto, que también estaba en casa y acompañado por sus dos padres. Fede tenía confianza y el respaldo de su gente y con seguridad contagió de ese ánimo a Alejandro Galán Romo, para motivarlo hasta arrebatarle en tres sets la gloria al Rey Arturo y al Mozart de Catamarca. ¿Cómo terminó este partido? Con un cariñoso abrazo de celebración entre Fede, sus padres y Ale Galán.